Gracias a la tradición oral, la cosmovisión del pueblo Pasto se ha
mantenido a lo largo de los años en la memoria de sus comuneros y
entre algunos relatos de este pueblo, se encuentra el “mito de las
perdices” (Araakkual antu tultu) que narra su origen ancestral.
A continuación podrás conocer este mito de origen en el
siguiente relato ilustrado.

Desliza el cursor por la pantalla para mover
las ilustraciones en cada escena.
ARAAKKUAL ANTU TULTU PENSAMIENTO PASTO INICIO

Cuentan los mayores que en los tiempos de
adelante, existieron dos espíritus o cacicas
a quienes algunos recuerdan como
“viejas indias poderosas”.
Por medio de espacios de encuentro como el fogón o la tulpa, el mito de
las perdices ha venido transmitiéndose de generación en generación
recordando nuestro origen e identidad como indígenas
del gran pueblo de los Pastos.

En sus esencias, cada una contenía la mitad de
todo lo que compone el mundo.
Ambas tenían bastante poder y bastante magia.

Un día decidieron enfrentarse para determinar quién gobernaría
todo y como quedaria organizado el mundo y sus elementos.
Entonces, eligieron un lugar de encuentro neutral para su
combate mágico, un lugar en el centro del espacio y el tiempo.

Antes de encontrar el lugar, probaron en 3 lugares
diferentes: primero fueron a Pipalta y se encontraron
con el cantar de los gallos, lo que quería decir que
era muy temprano y no estaban en el centro del tiempo;
en el segundo intento fueron a Pueblo Viejo, pero se
ubicaron muy abajo y fallaron para ubicarse en
el centro del espacio.

Finalmente se ubicaron sobre la planada de
Guachucal y vieron que ese era el centro del
espacio y del tiempo, así que lo eligieron como
escenario para su ”tinku” o pelea ritual.

Llegado el tercer día (punlla shukniki) desde su último encuentro,
las dos cacicas emprendieron su viaje para iniciar la pelea ritual.

Una de ellas, la que venía desde el occidente, emergió desde
el vientre de la tierra en medio de destellos negros. Consigo
llevaba su bastón sagrado de madera de chonta, además, de
todo lo que contiene la esencia de abajo, o del inframundo, el
mundo de los muertos: la oscuridad, el calor, la espiritualidad,
la noche, el oro, la selva, la riqueza, el guaico (ecosistemas
calurosos) y todo lo femenino.

Mientras la otra cacica, proveniente del oriente, bajó del cielo entre
destellos blancos acompañada de su bastón de madera sagrada de
kende. Traía consigo todo lo que contiene su esencia de arriba, o el
mundo de los vivos: la luz, la tranquilidad, el cerro, el páramo, las
nubes, el sol, lo material, el día, lo frío (ecosistemas
fríos) y todo lo masculino.

Al mediodía las dos cacicas poderosas estaban frente
a frente para empezar la tinku y resolver su conflicto.

Muy concentradas y ansiosas por tanta espera, las dos cacicas sosteniendo
fuertemente sus bastones empezaron a caminar en círculos, mirándose
fijamente esperando a ver quien daba el primer golpe.

La cacica de los destellos blancos se arriesgó y lanzó el
primer golpe impactando sobre el costado izquierdo de la
cacica que expulsaba los destellos negros; esta le devolvió
el golpe con su bastón y rápidamente con un movimiento
de abajo hacia arriba impactó el pecho de la cacica de
los destellos blancos.
Así permanecieron en contienda por varios minutos...

De repente, las cacicas levantaron sus bastones que, iluminándose,
expulsaron luces de distintos colores mientras ellas sufrían
transformaciones extraordinarias.

La cacica con la esencia de abajo contrajo su cuerpo y empezó a resplandecer
con tanta intensidad que su silueta se perdió por unos instantes... Al desvanecerse
esa luz intensa, se reveló la nueva forma de la poderosa cacica transformada
en una gran perdiz negra o “Yana lluthu”.

Al mismo tiempo, mientras tenía levantado su bastón, la cacica con la esencia
de arriba contrajo su cuerpo a la vez que iba expulsando una luz blanca que iluminó todo
a su alrededor... Pasó un instante hasta que la luz se desvaneció para revelar a la poderosa
cacica transformada en una gran perdiz blanca o “Yurak lluthu”.

Una vez transformadas, tanto la gran perdiz negra como la gran
perdiz blanca empezaron a saltar y a moverse de una manera
tan extraña que parecía una danza, en donde cada vez
que chocaban se producían grandes temblores.

Ya cansadas y al ver que sus poderes eran iguales y que nunca ninguna
iba a poder estar por encima de la otra, las cacicas transformadas
hicieron un último duelo el cual consistía en lanzar una flor de jazmín
al aire que una vez tocara el suelo, dependiendo de la ubicación en que
hubiesen quedado las perdices, así mismo se iban a organizar los
elementos del mundo o pacha.
cada una de ellas sería parte vital del equilibrio de ese nuevo
mundo, cada una aportando desde su esencia para complementar
lo que la otra aportaba desde su otra esencia.

Una vez lanzada la flor de jazmín al aire, las dos perdices empezaron a danzar dando vueltas en círculo,
cerrando los ojos y volteando las caras hacia allá y hacia acá; así, la mejilla derecha de la perdiz negra tocaba
la mejilla derecha de la perdiz blanca, y luego la mejilla izquierda de la perdiz negra tocaba la mejilla izquierda
de la perdiz blanca; mientras una miraba hacia el oriente, la otra miraba hacia el occidente.
Siempre haciendo movimientos simétricamente opuestos.

El ritmo de la danza llegó a ser tan rápido, que de repente se formó un gran torbellino
donde se miraban destellos blancos y negros, y demás esencias que cada una de las perdices
aportaba para la organización de este nuevo mundo. Su poder era tan grande que incluso
el tiempo y el espacio se movían con ellas.

Cuando la flor de jazmín tocó el suelo, las perdices terminaron su danza y al ver a su alrededor,
pudo observarse cómo el mundo o pacha se había organizado según el designio de las perdices
definiendo dónde quedaba el arriba y donde quedaba el abajo,

Donde quedaba el norte (Impa) y el sur (Wapa),
donde quedaba el oriente (Ampa) y el occidente
(Kumpa), donde quedaba el mundo de los vivos y
el mundo de los muertos, donde quedaba la selva
y lo caliente, donde quedaba el páramo y el frío,
donde quedaba el dia y donde quedaba la noche,
y así con todos los elementos de la naturaleza.

Finalmente, luego de los designios de las perdices y su gran encuentro,
surgió el gran pueblo ancestral de los Pastos, ubicado sobre lo que hoy son
el noroccidente del Ecuador y el suroccidente de Colombia.

I N I C I O Ahora que conoces el mito de origen de las perdices poderosas, has accedido a
un legado cultural ancestral único perteneciente al gran pueblo de los Pastos, no
solo conociendo esta mágica historia, sino también entendiendo algunos conceptos
vitales como la Dualidad, la Tripartición o el Churo Cósmico que aún hasta
nuestros días están presentes dentro del territorio donde esta asentado este
pueblo indígena al sur del departamento de Nariño.

Estas invitado a que este legado cultural que acabas de conocer gracias a este proyecto,
lo abraces con cariño, lo protejas del olvido y te sientas orgulloso de reconocerte como un
descendiente de este pueblo ancestral y compartas lo que aquí has conocido entre
todos tus familiares y amigos para que este valioso conocimiento siga viviendo
por muchos años en la mente de todos los comuneros.
P E N S A M I E N T O    P A S T O Todos los derechos reservados
2023